
El Ciclón salió a la cancha decidido a imponer el ritmo de juego y desde el arranque controló el balón en la mitad de la cancha, presionó en el área contraria, bloqueó rápidamente la salida del rival y fue aún más veloz para posicionarse en ataque. Así, el conjunto dirigido por Miguel Ángel Russo enseguida generó sus dos situaciones más claras de gol durante la primera etapa: Bernardo Romeo erró una pelota increíble debajo del arco que defendía Daniel Islas, tras un mano a mano de Gonzalo Bergessio, cuando iban apenas 10' de juego. Dos minutos más tarde, nuevamente Romeo tuvo la chance de poner en ventaja al equipo de Boedo, pero su cabezazo se fue muy cerca del caño derecho. A esa altura San Lorenzo merecía el gol.
Pero, una vez más, el fútbol se encargó de demostrar que no es una ciencia exacta, sino un juego caprichoso e impredecible, en el cual no siempre gana el que mejor juega sino que, muchas veces, triunfa el que sabe esperar y aprovechar el momento justo para atacar. Eso fue lo que hizo este Tigre de Diego Cagna. Fue un equipo paciente, ordenado y, sobre todo, ciento por ciento efectivo porque tuvo una sola chance clara de gol durante el partido y la convirtió en el gol de la victoria. Iban 25' de la primera etapa cuando, tras una mala salida de Gastón Aguirre, Leandro Lázzaro recuperó el balón en la puerta del área, tiró un centro al punto penal y el pibe Blanco metió un cabezazo esquinado que venció a Orión. De ahí en más, comenzó otro partido.
San Lorenzo pasó de ser el que proponía el juego a ser un equipo tibio, sin ganas, impreciso, previsiblé que, a los tumbos, intentaba llegar por los costados con Diego Rivero, Aureliano Torres y Adrián González. En tanto, Santiago Hirsig y Walter Acevedo intentaban jugar por el medio, pero ambos se enrredaban con la maraña de jugadores propios y extraños que se les cruzaban en el camino.
En el complemento, el Ciclón preocuró recuperar el protagonismo perdido. Intentó manejar el balón y trasladar el juego a campo contrario, pero no supo como vulnerar a un sólido Tigre, que se metió bien atrás y supo aguantar el resultado. Un resultado que demuestra que en el fútbol como en la vida siempre hay una segunda oportunidad porque, después de 53 años, el Matador logró el segundo triunfo de su historia, como visitante, ante San Lorenzo. El primero había sido en 1955.
Ficha del partido:
San Lorenzo: 0 1-Agustín Orión; 2-Adrián González, 17-Sebastián Méndez, 20-Gastón Aguirre, 11- Aureliano Torres; 5-Walter Acevedo, 8-Diego Rivero, 4-Juan Manuel Torres, 18-Santiago Hirsig; 15-Gonzalo Bergessio y 9-Bernardo Romeo.
DT: Miguel Ángel Russo
Suplentes: 12-Nereo Champagne, 21-Cristian A. Tula, 16-Nicolas Bianchi Arce, 7-Néstor A. Silvera, 15-Claudio Acosta, 19-Juan C. Menseguez y 3-Cristian Chávez.
Tigre: 1 1-Daniel Islas; 25- José San Róman, 23- Norberto Paparatto, 3- Juan Blengio, 33- Maxi Oliva; 31- Jonathan Blanco, 5- Diego Castaño, 17- Matías Giménez; 38-Mauro Villegas, 9-Leandro Lázzaro y 7- Carlos Luna.
DT: Diego Cagna
Suplentes: 27-Luis Ardente, Pablo Jerez, 29-Pablo Fontanello, 2-Damián Leyes, 18-Sebastián Rusculleda, R. Botta y 11-Leonel Altobelli.
Goles: 25'PT Jonathan Blanco (Ti)
Cambios: ST, 11' Menseguez por Acevedo (SL), 24' Jerez por Villegas (Ti), 25' Acosta por Hirsig (SL) y Silvera por Romeo (SL), y 30' Rusculleda por Giménez (Ti).
Amonestados: PT, 32' D. Rivero (SL) , 35' G. Bergessio (SL) , 40' B. Romeo (SL) y 41' L. Lázzaro (Ti). ST, 12' M. Oliva (Ti) , 13' J. Blanco (Ti) , 17' S. Hirsig (SL) y 26' G. Aguirre (SL).
Árbitro: Alejandro Sabino
Estadio: Pedro Bidegain, San Lorenzo
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